Flora de los ecosistemas marinos
Numerosas plantas, tanto especies sumergidas como emergentes y flotantes constituyen la rica biodiversidad vegetal de todos y cada uno de los ecosistemas marinos. Directamente relacionadas con las características fisicoquímicas del tipo del ecosistema marino en que habiten, dichas especies presentaran unas u otras formas de vida, contando, además, con ciertas necesidades vitales.
Algas marinas: las más extendidas
Las algas marinas (Reino Algae) constituyen por excelencia la flora de los ecosistemas marinos. Una gran variedad de familias, géneros y especies, llenan de vida y color los ecosistemas marinos, agrupándose en las comúnmente conocidas como algas pardas (organismos protistas- Clase Phaeophyceae), rojas (Filo Rodophyta) o verdes (Plantas Eucariotas-División Clorophyta). Algunas son microscópicas (diatomeas y dinoflagelados), otras en cambio se consideran macroalgas, destacando las gigantescas algas laminares del género Macrocystis. Tienen formas de vida muy variadas y diferentes hábitos, existiendo así algas que flotan y otras tantas que viven fijas al fondo marino, sobre rocas o a veces incluso sobre animales u otras plantas. Siempre adaptadas a las temperaturas y demás características fisicoquímicas de las aguas en las que crecen y viven, las algas se distribuyen por los ecosistemas marinos de todas las regiones del mundo.
Más flora marina importante
Además de las algas marinas, la flora de los ecosistemas marinos está representada por diversas especies vegetales, entre ellas los llamados pastos marinos (especies de las familias Zosteraceae, Cymodoceaceae, Ruppiaceae y Posidoniaceae), las únicas plantas con flores de estos ecosistemas; los manglares (con especies como el manglar rojo: Rhizophora mangle y el mangle blanco: Laguncularia racemosa) y el abundante fitoplancton.

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